Un relato sobre la historia de nosara
- E Gutiérrez
- 13 ago
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Mi familia vino a Nosara para hacer trabajos. Sembramos arroz, maíz y frijoles. Había 4 familias: Alberto Ruiz, Valentín López, Cruz López y José Arrieta. El pueblo de Nosara se llama así por el río.
La historia es que había una muchacha, Sara, que quería ahogarse en el río por mal de amores. La gente le decía: “¡No en el río! ¡No, Sara!” Así se llamó No-Sara. Yo no sé si es cierto, pero esto es lo que dice la gente.
Nosara era muy aislado. Cada 8 o 15 días venía la lancha de Puntarenas a la Punta Pelada con café, azúcar y manteca. Nosotros mandamos maíz, arroz y frijoles en esta lancha. Iba después al norte hasta La Cruz, Nicaragua. El doctor venía a caballo de Nicoya para inyectar. Si alguien estaba enfermo tenía que ir en lancha o en caballo. Pero viajar a caballo es muy duro si está enfermo.
No había crímenes en ese tiempo. La gente era muy decente. Íbamos a bailar con la música de la marimba en la cantina de Valentín López en Santa Marta. No había escuela. No sé leer ni escribir. Yo trabajé toda mi vida en la casa. Más tarde había un maestro en Santa Marta que se llamaba Baldomar Contreras. Era la primera escuela. En Nosara todavía no había nada. La primera escuela de Nosara estaba en el puro centro de la plaza. Fue un señor de nuestra familia López que lo hizo. Se llamaba Serapio.
¡Como niña, yo tenía miedo de los tigres! Había tigres y leones en la montaña. La gente comía 4 veces por día. Comían arroz y frijoles con carne de venado, lo que es prohibido hoy en día. También comían mucho pescado y tepezcuintle. Nosotros nunca comimos carne de tigre. Pero otra gente entró en grupos e hicieron el pueblo de San Juanillo. Ellos comían carne de tigre. Por eso ahora no hay más. También el león y la pava desaparecieron. Lo que falta ahora es hoja que usamos para hacer tortillas y claveillina.
Cuando yo tenía 17 años, me casé con Pedro López, el hombre de mi vida. La boda fue en Nicoya, con fiesta de marimba. Tenía 11 hijos. Perdí 5 de ellos, se murieron. Dos bebés muy pequeños. Otro porque estaba enfermo y vino tarde el doctor. Ahora 6 hijos viven; 3 mujeres y 3 varones. Uno vive en San José, uno en Limón. Cuatro hijos viven en Nosara, son Luis, Teresa, Carmen e Idaluz. No sé cuántos nietos y bisnietos tengo, creo que son más o menos 25 nietos.
No me acuerdo cuando miré un carro por primera vez. Creo que fue más o menos en 1960 que hicieron el camino a Nicoya con un tractor. El primer carro que entró a Nosara era de Carlos Fonseca. Solamente en verano podía venir aquí, en invierno no era posible.
He volado en avión varias veces. Yo no tengo miedo. Había avioneta entre Nosara y Nicoya. Hace dos años fui a México a pasear.
Era muy bonito, me gusta mucho conocer otro país y otro pueblo. Los mexicanos son muy diferentes que los Ticos, también la comida. Si yo pudiera ir a un lugar, quisiera ir a los Estados Unidos. Tengo 2 nietos que viven allá. Si me llevan, me voy. Conocer diferentes lugares me encanta. Pero es difícil encontrar visa.
¿Es verdad que se van a la Luna? ¿Qué van a hacer en el cielo? Creo que se murió mucha gente con estos viajes, pero es cosa de ellos.
Ahora cambió mucho. Hay televisor, teléfono, carros, radio. Pero también hay mucho robo, no me gusta. Ahora todo es caro, antes no. Sembrábamos todo para comer. Antes era más tranquilidad, más salud.
Todavía hago todo lo que puedo, cocino mi comida. No salgo de la casa. No voy a ningún lugar, no tengo nada que hacer, solamente tengo que morirme. Fui con mi nieta al doctor. Me hice un examen de todo el cuerpo. Soy muy sana, más sana que ella.


Recuperado de: Ríos Castillo, A., & Verwest, J. (2003, mayo). Una entrevista con Doña Celia Avilés Barrantes. La Voz de Nosara, 1–2.




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